En la Navidad de 2023, tuve la oportunidad de conocer a Theo, un niño inspirador que se convirtió en una parte más importante de mi vida de lo que jamás imaginé. Nuestro primer encuentro fue en una fiesta, donde me enteré de que Theo es ciego. Así que, mientras sus (maravillosos) padres ayudaban a Papá Noel con los regalos, me senté a charlar con Theo y le conté lo que estaba pasando, haciéndole reír a carcajadas. ¡Su risa es preciosa y me conmovió al instante! Como siempre, el final de una fiesta es bastante agitado, así que solo nos despedimos brevemente antes de irnos.

Al día siguiente, estaba visitando el hospital infantil, recorriendo las salas para conocer a todos, cuando me pidieron que volviera a una habitación que no había visitado porque "el padre oyó mi voz en los pasillos". Con mucha curiosidad, volví sin saber a quién esperar. Me encantó ver a Theo y a su madre allí sentados. Ella se tomó el tiempo de decirme lo especial que había sido el día anterior, no solo para mí, sino también para ellos. Ver a Theo reír y pasar tiempo conmigo resultó ser tan importante para ellos como para mí. Ese día demostró que no fue un día aislado, ya que Theo volvió a estar lleno de risas y sonrisas conmigo. A partir de entonces, visité el hospital aproximadamente una vez al mes y siempre me aseguraba de pasar por la habitación de Theo para charlar. Aprendimos rápidamente que no solo reconocía mi voz, sino que disfrutaba escuchándome charlar (incluso cuando decía tonterías).

Gracias a estas visitas, conocí a Theo, a su familia y su trayectoria. Theo nació prematuro; con solo unas semanas de vida, contrajo enterocolitis necrotizante (ECN), lo que le provocó complicaciones como daño cerebral, ceguera y más. Este pequeño guerrero ha pasado por más operaciones y procedimientos de los que la mayoría podemos imaginar. Su familia no solo luchó a su lado cada segundo, sino que Theo luchó contra todas las estadísticas que le arrojaron. ¡Si algo le dicen que no puede hacer, ahora está demostrando que sí!

Debido a su salud, Theo ha pasado toda su vida hospitalizado, atrapándolos a todos, incluyéndome a mí, y mientras charlaba con él y su familia, ¡enseguida me sentí inspirada por los tres! Valentía y fuerza son dos palabras que se usan a menudo para describirlos, y con razón, pero me maravilla la forma en que afrontan cada situación con esperanza, humor y fortaleza.

Estoy eternamente agradecida con Theo, S y G (mamá y papá) por cómo han impactado mi vida y me han permitido ser una pequeña parte de la suya. En todo lo que hago ahora, ya sea laboral o personal, me centro en los pequeños momentos de alegría. Recordar aquella fiesta de Navidad, conocer a un pequeño guerrero, cambió mi vida de la mejor y más sorprendente manera posible.